A sus 4 años está enyesada del pecho a las rodillas y tanto ella como sus familiares esperan que su cadera sane rápidamente para poder caminar de forma estable, lo que hasta hace unos días atrás le era imposible, debido a la luxación de cadera bilateral (en ambos lados) que padeció desde su nacimiento.
Estefanie es una de los 26 pacientes, de entre once meses a 16 años, con malformaciones congénitas en las extremidades que fueron operados gratuitamente la semana pasada, en el hospital Roberto Gilbert, por los médicos de la misión Project Perfect World.
El padre de Estefanie, quien la mantiene cargada para mimarla, afirmó: “Estoy contento de saber que mi hija podrá caminar bien, porque andaba como pingüinito. También estoy agradecido porque los médicos curan a los niños que más lo necesitan”, además comentó que lloró de emoción cuando le dijeron que su hija iba a ser operada por segunda ocasión para corregir el lado izquierdo de la cadera.
La primera vez fue hace dos años y medio, cuando la misma misión, que tiene especialistas en ortopedia, le corrigió el lado derecho.
Rosela, de 6 años, otra de las pacientes, quien padecía de pie equino varo y por el que no podía caminar, también se le operó de esta malformación.
El padre de la pequeña espera que su hija pueda aprender a movilizarse sola luego de su recuperación.
Así como ellas, hay más de 150 niños con malformaciones congénitas en los pies y manos que están en lista de espera y que se atienden en esta casa de salud. Se espera que esta demanda se cubra con una tercera venida que se prevé realizar el próximo año.
Esta misión, que es traída por la hermana Anita Credidio, presidenta de la fundación Padre Damián, viene dos veces al año desde hace veinte años, tiempo en el que han sido operados más de 1.000 niños de distintas patologías.
El miércoles pasado, la misión cumplió su vigésimo aniversario de creación, por lo que las autoridades del hospital les hizo un festejo a los médicos extranjeros. Y como un reconocimiento a la labor de los foráneos, el cónsul general de Estados Unidos, David Lindwall, les entregó diplomas.
Enrique Valenzuela, director técnico del hospital, agradeció la labor a los especialistas y nombró al cónsul miembro honorario de la casa de salud, con un botón.
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